Aprenda más sobre la enfermedad vascular
Mientras las arterias se encargan de transportar la sangre rica en oxígeno y nutrientes desde el corazón al resto del cuerpo, las venas tienen por función llevar la sangre pobre en oxígeno desde el resto del cuerpo nuevamente al corazón y los pulmones. Las venas se dividen en tres tipos:
El sistema venoso profundo lleva de vuelta alrededor del 90% de la sangre al corazón. Mientras el sistema venoso superficial el 10% restante.
Las venas profundas conducen a la vena cava, que es la vena más grande del cuerpo y conduce la sangre directamente al corazón.
Las venas profundas de las piernas están rodeadas por músculos que ayudan con sus contracciones a empujar la sangre hacia el corazón y los pulmones.
Debido a que la sangre en el tramo de las piernas circula hacia arriba, en contra de la fuerza de la gravedad, las venas disponen de unas válvulas unidireccionales que impiden que la sangre fluya para abajo entre una contracción muscular y la siguiente.
A: vena normal, B vena varicosa; 1 válvula, 2 válvula enferma, 3 dirección de la sangre
Cuando la velocidad del flujo sanguíneo disminuye debido a determinadas enfermedades, heridas o la falta de actividad, la sangre puede acumularse y estancarse favoreciendo la formación de coágulos.
Una vez un pequeño coágulo se ha formado en la vena causa una inflamación que incrementa la probabilidad de que se formen más coágulos en esa zona.
La Trombosis Venosa Profunda es la formación de un coágulo de sangre, llamado trombo, en una de las venas profundas, usualmente en la pierna (pelvis, muslo o pantorrilla). Puede ocurrir en otras zonas como el brazo o el pecho pero es muy poco frecuente.
La formación del coágulo de sangre en la vena puede ser un problema muy serio para la salud dependiendo de su localización y tamaño.
Las complicaciones de la T.V.P. son el síndrome post-trombótico que provoca inflamación y dolor causando un daño permanente en la pierna. O lo que es más peligroso aún, el Embolismo Pulmonar, en el cual un coágulo se desprende y viaja hacia el corazón y los pulmones.
En los últimos años a la T.V.P. también se le ha denominado síndrome de la clase turista, en referencia a la conexión entre prolongados viajes en avión con la formación de trombos en las piernas.
En ocasiones resulta difícil reconocer los síntomas de la T.V.P. pero la enfermedad puede ser tratada efectivamente una vez diagnosticada correctamente por su médico.
Prevalencia
En los EE.UU. cada año se diagnostican unos 600.000 nuevos casos de T.V.P. La tasa de mortalidad para pacientes diagnosticados con T.V.P. es del 1%.
Según fuentes del Capítulo Español de Flebología de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía Vascular que es la entidad científica que se ocupa de las patologías venosas, alrededor de 90.000 personas padecen esta patología al año en España.
La enfermedad tromboembólica venosa es la primera causa de muerte hospitalaria prevenible en países occidentales, es decir, es una enfermedad que en muchos casos complica la evolución de los pacientes que ingresaron por otro motivo (como una fractura, un infarto, un déficit de riego cerebral, un cáncer, etc.). Afecta a 3 de cada 1.000 personas cada año, sobre todo en edades avanzadas.
El 2,5% de las bajas laborales totales se deben a procesos trombóticos venosos.
El 50% de los pacientes con T.V.P. no presentan ningún síntoma.
La otra mitad de los pacientes pueden experimentar uno o varios de los siguientes síntomas y dependiendo del tamaño y localización del coágulo:
Son muchos los factores que favorecen la formación de coágulos en las venas, algunos de ellos son:
Su médico podrá efectuarle preguntas sobre su historia médica y hacerle un examen físico.
Su médico podría indicar los siguientes estudios complementarios:
En la mayoría de casos su médico empleará un tratamiento farmacológico anticoagulante consistente en inyecciones de heparina y/o unas pastillas de un fármaco llamado warfarina.
La heparina y la warfarina previenen la formación de nuevos coágulos y hace que los existentes no aumenten de tamaño. Pero no destruye los coágulos ni los disuelve. Con el tiempo el cuerpo va disolviendo el coágulo.
Ante un riesgo de complicaciones como un Embolismo Pulmonar o para mejorar la calidad de vida del paciente, el médico puede decidir disolver el coágulo mediante el tratamiento de trombolisis.
La técnica consiste en la introducción de un catéter (un tubo fino de plástico) por la vena y guiado por imágenes llegar hasta la zona del trombo.
En la mayoría de los casos el acceso se realiza con anestesia local introduciendo el catéter por detrás de la rodilla a través de la vena poplítea hasta llegar al trombo. Una vez allí se libera la sustancia trombolítica directamente en el coágulo.
El periodo de infusión del fármaco suele ser de entre uno a tres días hasta que el coágulo se logra disolver. El mayor riesgo de complicación en la trombolisis son las hemorragias ya que la sangre está mucho más diluida.
Su médico puede usar un dispositivo llamado filtro de vena cava. Se trata de un catéter colocado en la vena cava para filtrar los posibles coágulos de sangre desprendidos de las piernas u otras partes del cuerpo e impedir que lleguen al corazón, y de este, a los pulmones. Es decir, para prevenir una Embolia Pulmonar.
Es un tratamiento quirúrgico que su médico podría utilizar en el caso poco frecuente, que no puede emplear tratamientos anticoagulantes o el paciente no responde a los mismos. Se tratan de situaciones poco frecuentes de T.V.P. severa.
La prevención de la enfermedad de la T.V.P pasa por:
Dr. José Román Escudero Rodríguez, Director del Servicio de Angiología, Cirugía Vascular y Endovascular del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, Barcelona.