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Una MAV cerebral consiste en la existencia de una conexión anómala entre arterias y venas cerebrales que en condiciones normales están conectadas a través de un lecho capilar normal. Esta conexión anómala consiste en un ovillo de estructuras vasculares displásicas llamado nido malformativo que unen arterias y venas cerebrales.
No se conoce con exactitud la causa de estas malformaciones, las teorías más aceptadas son las que afirman la existencia de una alteración genética asociada a un factor adquirido que puede actuar como desencadenante de la formación de la MAV cerebral. Esto no quiere decir que las malformaciones sean hereditarias, por lo que no es necesario estudiar a los familiares de los pacientes que tengan malformaciones arteriovenosas cerebrales.
Una MAV cerebral es una enfermedad poco frecuente, ya que la presentan menos del 5% de la población general. Se pueden detectar de forma incidental (sin síntomas clínicos) o pueden producir sintomatología neurológica. Esta sintomatología puede ser consecuencia de una hemorragia cerebral, una isquemia cerebral, etc.
Los síntomas pueden ser muy variados, siendo los más frecuentes: dolor de cabeza brusco y/o más intensa de lo habitual, crisis epilépticas, alteraciones del lenguaje, pérdida de fuerza y/o sensibilidad en el brazo o en la pierna, etc. La hemorragia cerebral es la complicación más grave de las MAVs cerebrales, pudiendo llegar a comprometer la vida del paciente.
En los últimos años se han detectado un mayor número de estas alteraciones gracias al mayor uso de métodos de imagen como el TC o la RM craneal. Estas pruebas sirven para detectar la MAV cerebral, pero, a continuación es necesario confirmar la sospecha con una arteriografía cerebral. La arteriografía cerebral no sólo sirve para confirmar la sospecha de MAV cerebral, sino también para determinar que riesgo tiene de producir una hemorragia cerebral.
Una vez que sabemos que tenemos una malformación arteriovenosa cerebral tenemos que ponernos en contacto con un especialista en la materia, como son Neurorradiólogos Intervencionistas o Neurocirujanos especializados en patología cerebrovascular. Estos especialistas son los que nos informarán de los riesgos de sangrado que tiene la malformación y los riesgos que tiene cada tipo de tratamiento.
El tratamiento de una MAV cerebral se lleva a cabo de forma combinada entre distintos especialistas: Neurorradiologos Intervencionistas y Neurocirujanos y Radioterapeutas especializados en patología cerebrovascular.
El objetivo del tratamiento es quitar la malformación de la circulación cerebral, para esto tenemos tres opciones de tratamiento. Una opción es la realizada por un Neurocirujano a través de una cranectomía (apertura en el hueso craneal), otra es la realizada por un Neurorradiologo Intervencionista por el interior de los vasos desde una entrada en la arteria femoral y la última es la realizada por un radioterapeuta que aplica altas dosis de radiación sobre la malformación.
Cada paciente con una malformación arteriovenosa cerebral debe ser evaluado por estos tres profesionales para tomar una decisión conjunta sobre cuales son los riesgos de cada tratamiento, planteándosele entonces que opciones hay en el manejo de esa malformación y que riesgos habría en cada una de esas opciones.
Dr. Juan Miguel Macho, Jefe de Sección de Angioradiología del Hospital Clínic de Barcelona y el Dr. Luis San Román, Médico Adjunto a la Sección de Angioradiología del Hospital Clínic de Barcelona.